La historia de Jan

Hey marmotienses, ¿cómo estáis? Nosotros estamos aún que no nos lo creemos. Lo estaba comentando el otro día con mis compañeros: menudo recibimiento ha tenido el blog, ¡GRACIAS! Ya estamos llegando a las 10k visitas, increíble. (Estad atentos a posibles novedades jejeje)





Nos ponemos serios. Según dicen, hay películas que impactan, invitan a la reflexión, y yo he tenido la gran suerte o gracia (depende de como lo quieran ver) de poderlo experimentar, de hecho, lo corroboro.

Esta película me abrió los ojos. Me dio motivos para manifestar lo que desde hace tiempo tenía pensado: dar voz a las personas que sufren este problema, darles visibilidad.
La historia de Jan es un documental sobre la vida de Jan sencillamente.

Lo que empezó siendo unos vídeos que sus padres grababan día a día y un blog relatado por Bernardo, se ha convertido en esto: la vida merecida de ser contada de Jan. Ha sido un arduo trabajo grabado durante 6 años, llenos de penas y alegrías, sonrisas y lágrimas, pero ante todo, amor. Y diciendo amor, me refiero al amor de querer a tu hijo a pesar de la magnitud de la dificultad, a dar tu vida por él. Eso es amor.


El síndrome de Down, por desgracia, hoy en día aún es motivo de algún tipo de burla o desprecio. 
Suena raro, pero es verdad. Sociedad elitista, cambia por favor. (Ojalá fuera igual de fácil como decir que cambie)  
Las personas no elijen nacer con este problema. Es cuestión de naturaleza, no hay más.
"El síndrome de Down no es una enfermedad y, por lo tanto, no requiere ningún tratamiento médico en cuanto tal."
Una cosa es, por ejemplo, la adicción (no es un vicio), sino una enfermedad biológica.
Y después, está el síndrome de Down. Decir que este síndrome es una enfermedad es un poco surrealista. Las personas con este problema, son personas normales, como tú querid@ lector/a o como yo. Quieren vivir, tienen pleno derecho a ello.
Pueden ir a centros de estudios ordinarios, hacer amigos, disfrutar de la vida y conseguir un trabajo cuando sean mayores. No son raros, son nosotros.

                          Jan en su salsa

La familia se enteró de que Jan venía con problemas. Fue un duro palo inesperado.
Y ante la adversidad, siguieron adelante. Decidieron no abortar, así de tajante.
Monica sentía dolor, miedo porque el bebé no saliera bien.
Bernardo tenía la ilusión y esperanza de jugar, algún día, con Jan al fútbol. 
Fueron valientes, como bien pocos lo son en estos casos. 
Jan nació un 4 de noviembre de 2009. Para llegar a ser lo que actualmente es, Jan ha luchado, ha tenido una evolución que difícilmente la ciencia pueda explicar. Hay cosas inexplicables, Jan una de ellas.
Detrás de su evolución, hay muchos factores. Cada uno de ellos, todos clave, ha hecho posible que Jan hoy se esté riendo, que felizmente pueda cantar el himno del Atleti.


Hay una cosa que me pone de los nervios: no facilitar las cosas.
Las personas con este trastorno genético, no pueden por si solas (muchas veces), realizar cosas cotidianas, por esto, ¿y si les hacemos la vida un poco más fácil?
Ah, señor Méndez de Vigo, no ponga impedimentos innecesarios por favor.
Los alumnos con síndrome de Down, también pueden obtener el título de la ESO, aunque usted no sea partidario ni lo veo, pero sí, son iguales que usted.
¿Por qué no se promueve la integración de las personas con esta discapacidad?
Igualdad de derechos, todos somos personas.
Doy gracias por la existencia de personas con estas carencias, alegran el mundo.
En España viven unas 34.000 personas con síndrome de Down, y un total de seis millones en el mundo. Vamos a ponerles color a sus vidas!!!



Verdadero ejemplo dan,
pues nada materialistas son 
y con poco se conforman. #Gracias


Tengo una debilidad, la sonrisa de Jan.



Como no, acordarse del personal que trabaja día tras día en el cuidado, mejora y aprendizaje con las personas de síndrome de Down. Menudo papel cumplen, impresionante.
Muchos valores nos enseña Jan, pero sobre todo, nos incita a vivir, disfrutar, aprovechar el tiempo disponible. Libertad: haz lo que no quieras hacer, hazlo hoy

Hasta aquí La historia de Jan. Un placer marmotitas, nos vemos en la próxima entrada.
Hagamos justicia, construyamos un mundo solidario. Au revoir! #Marmotízate

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