Especial 10K n.º 4, Entre apetecer, querer y necesitar. Por Nuria Álvarez.
¡Buenos días marmotas! Como veis, este especial 10K no termina, hoy tenemos como invitada a la marmota Nuria Álvarez, piloto de motocicleta. Desde la Gaceta queremos aprovechar para felicitarla por su cumpleaños. ¡Felicidades Nuria! Recordad que podéis seguir su trayectoria en su página de Facebook. ¡Seguid leyendo y ver qué nos cuenta!
Hace unos días mi querida amiga Mar me planteó un reto. Me planteó hablar sobre una de las cosas que más amaba en este mundo…
Bueno, antes de nada, me presento. Mi nombre es Nuria Álvarez, tengo 17 años (en breves 18), estudio Filología Hispánica en la Universidad de Valencia y en mis ratos libre soy piloto de motociclismo.
Por esto último esto hoy aquí, y creedme si os digo que es un gran reto.
Después de una carrera oiréis como el piloto habla de los neumáticos, de si la carrera ha sido dura, de si lo ha pasado bien o mal, de si la moto frenaba… Pero no podrá describir al detalle lo que ha sentido su cuerpo mientras pilotaba. Tendría que sentarse, reflexionar e intentar buscar si hay alguna palabra que pueda definir lo que acaba de sentir encima de su moto.
Y bueno, aquí estoy yo, volviéndome loca buscando en el diccionario sinónimos de adrenalina y felicidad.
¿Cómo podría describir lo que se siente cuando estás rozando el suelo con tu cuerpo a 200 km/h? ¿Cómo os cuento que cuando freno me da la sensación de que no me cabe el corazón en el pecho?
Bueno, al final te acabas acostumbrando. Es rutina sentir eso. Es algo tan normal como ir a clase o salir con tus amigos… Pero también al final del verano nos apetece volver a clase. O siempre que podemos quedamos con nuestros amigos. Pues también se echa de menos ir a 200 km/h. Me apetece sentir nervios antes de una carrera. Me apetece de nuevo rozar el límite, sentir la adrenalina. Me apetece ganar, y también perder. Me apetece ser quien soy cuando piloto. Necesito luchar, sobre todo contra mí misma. Quiero estar rodeada de todos aquellos que aman lo mismo que yo, con los que de verdad me entiendo porque sienten lo que siento yo. La responsabilidad que tienes a tanta velocidad. Una responsabilidad que a veces olvidamos por lo muchísimo que nos llena este deporte y las ganas de más que siempre tenemos.
Te pones el casco, los guantes y bajas la visera. Y ya dentro de tu mundo arrancas tu moto, sales a pista y, ¡qué empiece el espectáculo!.
Por eso siempre tenemos ganas de volver a empezar. De volver a empezar después de una caída. De empezar un fin de semana de carreras o de volver a empezar una nueva temporada. Después de sufrir y pasarlo mal, la balanza de lo bueno destroza a la de las cosas negativas.
Porque no hay nada que me haga sentir igual. No hay nada que me haya hecho sentir tan orgullosa de mí misma. Me he dado cuenta de que soy capaz, y esa sensación, por mucho tiempo que pase, no me la quitará nadie.
Como decía uno que también amaba este mundo y ya no está entre nosotros: “Vives más 5 minutos yendo rápido en una moto que otro gente durante toda su vida”.
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